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Vondalyn

"Quería hacer valer mi voz para resolver estas desigualdades."

Mi niñez en Tampa no fue muy fácil. Mis padres tuvieron problemas de abuso de drogas. Tuve mi primer hijo en la adolescencia y para cuando nació el segundo, mis padres y los padres de mis hijos estaban en la cárcel. Sabía que tenía que cambiar por mis hijos, así que estudié farmacéutica y con el tiempo abrí mi propia farmacia.

A finales de 2020 me sentí un bulto en la mama, pero no le hice caso. Al fin me hice una mamografía y me dijeron que tenía una «calcificación». Como no tenía más síntomas que un dolor leve, no me imaginé lo peor. Sin embargo, después de otras pruebas el diagnóstico quedó claro: tenía cáncer de mama.

La noticia fue demoledora. Me costaba creerlo. Me sentía sin esperanzas. Siempre he sido resistente a la adversidad, pero esto era algo que no podía controlar. Tenía familiares que habían muerto de cáncer y siempre creí que esa palabra significaba la muerte. Sentí gratitud cuando supe que la habían diagnosticado temprano.

Recibí quimioterapia, me hicieron una mastectomía doble y luego recibí radioterapia. A los 40 años me sentía de 80: con agotamiento, sin pelo y con el peso abrumador de todo eso. Han pasado años; aún tomo medicamentos y un bloqueante hormonal, pero recobré la energía, el pelo y el entusiasmo.

Después del tratamiento, quería retribuir lo recibido.

¿Sabía usted que la Sociedad Americana contra el Cáncer descubrió en 2025 que las mujeres estadounidenses de raza negra tienen un 40 % más de probabilidades de morir de cáncer de mama que las de raza blanca? Yo reconocí y vi las repercusiones del sesgo implícito y de las desigualdades en materia de salud. Conocí a personas que no tenían acceso a la atención médica o que no entendían bien su plan de tratamiento.

Quería hacer valer mi voz para resolver estas desigualdades. Fundé un centro de bienestar en la zona oriental de Tampa y coordiné la visita de una unidad móvil de mamografía. Algunas personas se hicieron la mamografía por primera vez en ese lugar.

Además, me ofrecí de voluntaria en la Junta Consultiva de Pacientes y sus Familias de Moffitt, y creé una fundación para informar a la comunidad sobre las desigualdades en la salud. Es un placer decir que, desde que comencé mi labor de voluntaria en 2021, he visto a Moffitt tomar medidas para mejorar el acceso a la atención médica y abordar las desigualdades en la salud.

Cuando me diagnosticaron el cáncer, no podía entender por qué me había tocado esa suerte. Ahora siento que mi voz puede salvar vidas. Por eso le exhorto a ser su propio defensor. Investigue por su cuenta. Si un médico hace caso omiso de sus inquietudes, busque otro. Preste atención a su cuerpo y no descuide su salud. La mayoría de las veces, un bulto es benigno, pero de todas formas hay que hacerlo revisar.

La palabra «cáncer» es difícil de oír, pero no tiene que ser una sentencia de muerte. Con la detección temprana y el plan de tratamiento correcto, es posible tener una vida excelente después del cáncer.

Si desea más información sobre la Junta Consultiva de Pacientes y sus Familias, o quiere hablar de su experiencia como paciente o cuidador para dejar su huella, escriba a PatientAdvisors@Moffitt.org o llame al (813) 745-3753.

Esta historia se publicó originalmente en el boletín informativo ENLACES. Visite Moffitt.org/Enlaces para leer más historias y más información.