Aspectos generales del melanoma amelanótico
Cuando se piensa en el melanoma, muchas personas se imaginan lunares y otras manchas oscuras en la piel. Esto es cierto en la mayoría de los casos, pero algunos tipos relativamente infrecuentes de melanoma son completamente incoloros. Estas lesiones de la piel, que se conocen como melanomas amelanóticos, carecen de melanina (el pigmento oscuro que les da el color a la mayoría de los lunares y de los melanomas). Los melanomas amelanóticos pueden ser incoloros, de color blanco o del color de la piel, a veces con un leve tinte rosado, morado o rojo.
El melanoma amelanótico se clasifica como un melanoma de extensión superficial, que es el tipo más frecuente de melanoma y que constituye el 70 % de los casos. A menudo el cáncer se origina en un lunar que ya existía y eso puede pasar en cualquier parte del cuerpo. En comparación con los melanomas de características típicas, los amelanóticos tienden a ser menos visibles y tienen más probabilidades de extenderse y de tener recurrencias.
Las causas y los factores de riesgo del melanoma amelanótico
Como todos los tipos de melanoma, el amelanótico se presenta cuando ciertas células de la piel, llamadas melanocitos, presentan alteraciones que las hacen crecer y multiplicarse muy rápidamente. Luego, estas células se acumulan, se unen unas a otras y forman tumores. Aún no se conocen los mecanismos precisos por los cuales suceden las mutaciones celulares que llevan a la aparición del cáncer de piel.
Los científicos saben que el principal factor de riesgo del melanoma amelanótico es la exposición a la luz ultravioleta del sol y de otras fuentes, y que el riesgo aumenta con la cantidad de exposición. Por lo tanto, el riesgo de melanoma se puede reducir con las siguientes medidas:
- Evitar las camas, cabinas, lámparas y otros aparatos de bronceado
- Programar las actividades al aire libre antes de las 10 a. m. o después de las 4 p. m., porque los rayos del sol son más fuertes en la mitad del día
- Aplicarse un protector solar de amplio espectro que tenga un factor de protección (SPF) de 30, incluso en los días nublados
- Volver a aplicarse el protector solar cada dos horas e inmediatamente después de nadar o de sudar
- Ponerse ropa para proteger la piel del sol, como pantalones y camisa de manga larga de tela oscura y densa
- Ponerse gafas y sombrero de ala ancha
Además de la exposición a la luz ultravioleta, otros factores de riesgo del melanoma amelanótico son:
- Tener antecedentes personales o familiares de melanoma
- Haber sufrido antes de los 20 años cinco o más quemaduras de sol que le ampollaron la piel
- Tener más de 50 lunares benignos
- Tener cinco o más lunares atípicos que se distinguen de los demás por su gran tamaño, las variaciones de color o los bordes imprecisos
- Tener piel clara o una tez que no se broncee fácilmente y que se queme con frecuencia
- Tener la piel muy pecosa o tener la tendencia a que le salgan pecas después de exponerse al sol
- Tener los ojos azules o verdes
- Ser pelirrojo o rubio
Signos y síntomas del melanoma amelanótico
Puesto que los melanomas amelanóticos carecen de pigmento, tienden a ser menos visibles que otros melanomas. También es más probable que se les confunda con un tipo menos grave de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular o el carcinoma espinocelular, o con un tumor benigno, un quiste o una cicatriz. Sin embargo, los melanomas amelanóticos a menudo causan otros signos y síntomas del melanoma, a los que hay que estar alerta, como:
- Asimetría: Si se trazara una raya por el centro de la lesión, las dos mitades serían diferentes.
- Bordes irregulares: Los bordes de la lesión pueden ser irregulares o tener muescas o festones.
- Evolución: Desde la aparición de la lesión, quizá haya cambiado de tamaño, forma, color o elevación, o haya comenzado a rascar, sangrar o formar una costra.
Otro signo que hace sospechar el melanoma es el del «aspecto de patito feo», término que algunos médicos utilizan para referirse a un lunar que se diferencia completamente de los demás que hay en el cuerpo. Esta estrategia de reconocimiento puede ser provechosa porque la mayoría de los lunares benignos del cuerpo se parecen.
Los melanomas amelanóticos suelen diagnosticarse en estadios avanzados porque con facilidad se hace caso omiso de ellos. Para garantizar la detección temprana de cualquier tipo de cáncer de piel, la Fundación para la Prevención del Cáncer de Piel (Skin Cancer Foundation) recomienda hacerse un examen mensual de la piel de pies a cabeza en busca de lunares nuevos y de cambios en los lunares existentes. Toda alteración poco común de la piel se debe comentar de inmediato con un dermatólogo. Esto es importante porque los melanomas en estadios tempranos son muy tratables y a menudo se pueden curar.
El diagnóstico del melanoma amelanótico
Como en la mayoría de los tipos de cáncer, el diagnóstico concluyente del melanoma amelanótico requiere una biopsia. Después de aplicar un anestésico local, el médico extirpará cuidadosamente toda la masa sospechosa de la piel o la mayor cantidad posible, y luego la enviará al laboratorio para que el dermatopatólogo la examine al microscopio.
Si el dermatopatólogo encuentra células cancerosas en el tejido extirpado, se fijará en ciertos detalles del grosor de la lesión, la pérdida (ulceración) de piel superficial, la tasa de división celular (tasa mitótica) y si hay presencia de inmunocitos (linfocitos infiltrantes del tumor). Esta información, junto con la de las imágenes diagnósticas, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética y las ecografías, puede ayudarle al médico a determinar la extensión y alcance del cáncer, a asignarle un estadio y a planificar el tratamiento.
El tratamiento del melanoma amelanótico
Como los demás tipos de melanoma, el melanoma amelanótico se trata según el estadio, la ubicación y los síntomas. Muchos pacientes se benefician de la asociación de tratamientos, como los siguientes:
- Operación: Se puede realizar una escisión amplia para extirpar la lesión cancerosa y un margen delgado de tejido sano adyacente. Si es necesario, la sesión quirúrgica podría incluir un injerto de piel. Si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, podría realizarse también la disección de ganglios linfáticos.
- Radioterapia: La radioterapia externa consiste en generar rayos X de alta energía a partir de una fuente fuera del cuerpo y dirigirlos de manera precisa a los tejidos cancerosos. Se puede considerar la radioterapia externa si el cáncer no se puede extirpar en una operación o si se ha extendido a los huesos, y para prevenir una recurrencia después de la operación:
- Inmunoterapia: Se administran medicamentos para estimular el sistema inmunitario y aumentar su capacidad natural para combatir el cáncer.
- Tratamiento selectivo: Se emplean medicamentos para inhibir la eficacia del entorno tisular específico, de los genes o de las proteínas que permiten que el cáncer progrese y se multiplique.
Si hay varios melanomas amelanóticos en una de las extremidades, se puede realizar la infusión de esa extremidad aislada para que la quimioterapia llegue solo a ella. Por otra parte, podría considerarse la posibilidad de administrar quimioterapia tradicional para tratar el cáncer que se haya extendido.
Qué ofrece Moffitt Cancer Center en casos de melanoma amelanótico
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Si desea hablar de sus síntomas de cáncer de piel con un especialista del Programa de Oncología Cutánea, puede pedir una cita llamando al 1-888-663-3488 o enviando por Internet el formulario de registro de pacientes nuevos. Por ser el principal hospital de cáncer de Florida, estamos cambiando el modelo de atención médica y vamos a ponerle en contacto con un experto en cáncer lo antes posible.