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Las personas que viven en el «callejón de los huracanes» están muy familiarizadas con los términos «modelo en espagueti», «pared del ojo» y «trayectoria prevista». Tener a la vista el remolino de un ciclón desata una sensación de gran desasosiego incluso en quienes están más preparados para sobrellevar la tormenta. Antes de que una tormenta haya recibido nombre propio, las personas que viven dentro del cono de incertidumbre ya habrán cubierto con tablas las puertas y ventanas, habrán llenado el tanque de gasolina y tendrán la despensa llena de agua embotellada y de alimentos que no son perecederos. Sin embargo, para el enfermo de cáncer un huracán es otro golpe que hace tambalear un futuro ya impredecible.

Con frecuencia, el cáncer despierta sentimientos de impotencia, temor y duda, pero cuando se acerca un huracán los pacientes pueden sentir pánico, ya que los preparativos pueden alterar el transcurso del plan de tratamiento. A diferencia del agua, los alimentos, las pilas y las linternas, la quimioterapia y la radioterapia no se pueden almacenar en casa.

Es importante hacer un plan de preparación para huracanes y esto debe suceder mucho antes de que se detecten zonas de color rojo en el radar. La temporada de huracanes va del 1 de junio al 30 de noviembre. El período más activo va de mediados de agosto a mediados de octubre.

El nivel de la atención médica que se ofrece en Moffitt Cancer Center no se verá afectado durante una tormenta. Si un huracán amenaza la bahía de Tampa, los pacientes pueden estar al tanto de los posibles cierres de la institución ingresando al Portal para pacientes o llamando a la línea directa, (813) 745-3500. Si su cita en Moffitt tiene que cancelarse debido a un huracán, un representante se comunicará con usted.

Antes de la tormenta es indispensable que apunte los datos importantes del tratamiento por si le tienen que evacuar. Entre ellos se cuentan:

  • Tipo de cáncer y estadio
  • Tipo de tratamiento, por ejemplo, quimioterapia, radioterapia u operación
  • Fecha del último tratamiento que recibió y ciclo en que se encuentra
  • Nombre del médico y centro en que recibe el tratamiento
  • Todos los medicamentos que toma (medicamentos para el cáncer y otros, incluidos los de venta sin receta). Si no sabe cómo se llaman, apunte el color, el tamaño y la forma; si son inyectables o en pastillas; y la frecuencia con que los toma. Puede llevar las pastillas en una bolsa.
  • Otras enfermedades o problemas de salud

La Sociedad Americana de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) diseñaron una tarjeta de bolsillo para que los pacientes de cáncer la lleven en caso de catástrofe natural. La tarjeta es gratuita y se puede descargar aquí. Los pacientes también pueden llamar al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237) para solicitarla. La Sociedad Americana de Oncología Clínica y el NCI recomiendan que usted llene la tarjeta con sus datos y luego la lamine para que no se estropee con el agua. También es importante llevar a mano en todo momento la tarjeta del seguro médico.

La información sobre los médicos que le atienden y el tratamiento que recibe se encuentra en el Portal para pacientes de Moffitt, pero es bueno tener una copia impresa por si la pila del celular o de la computadora portátil se descarga o no hay recepción de la señal de telefonía celular.

Moffitt no cumple funciones de albergue durante la tormenta. A los pacientes que crean que se les evacuará a un albergue durante un huracán les aconsejamos que se inscriban en su condado respectivo en la lista de personas con necesidades especiales que requerirían ayuda en caso de catástrofe. El servicio Sunshine Line proporcionará transporte gratuito a quienes necesiten llegar a un albergue para personas con necesidades especiales.

En los albergues para personas con necesidades especiales se atiende a quienes requieren equipo eléctrico, oxígeno o diálisis debido a su estado de salud. El personal del albergue también tiene la capacidad de ofrecer tratamiento a personas con problemas físicos, cognitivos o médicos que requieran ayuda de profesionales de la salud. Tenga en cuenta que aunque en estos albergues se proporcionan más cuidados que en un albergue general, en ellos no se ofrece el mismo tipo de atención que se presta en una institución médica.

Si le evacuan a un albergue para personas con necesidades especiales, la Sociedad Americana Contra el Cáncer le aconseja reunirse de inmediato con los profesionales de la salud que se encuentren allí. Es importante informarle al personal que usted es paciente de cáncer y que recibe tratamiento actualmente. Si acaba de recibir quimioterapia y tiene cifras muy bajas de glóbulos blancos, el riesgo de contraer infecciones puede ser mayor en un albergue público lleno de gente. Tal vez le convenga ponerse mascarilla (tapabocas) mientras esté en el albergue para reducir al mínimo la exposición a microbios.

En muchos albergues hay personal de enfermería que puede ayudarle al paciente a llegar a una sala de urgencias. Solicite tratamiento médico de urgencias inmediatamente si presenta lo siguiente:

  • Fiebre de 101 °F o más (38.3 °C o más) según la temperatura bucal, o una temperatura de 100.4 °F (38.0 °C) que dure más de una hora
  • Escalofríos o sudores intensos (a menudo se acompañan de fiebre)
  • Enrojecimiento, hinchazón, supuración, dolor al tacto o calor en el lugar de una lesión, una herida quirúrgica o un catéter venoso central, o en cualquier lugar de la piel, incluso en la zona de los genitales y del recto
  • Un dolor que acaba de aparecer o que está empeorando
  • Dolor de cabeza o de los senos paranasales
  • Rigidez de nuca
  • Dolor de garganta
  • Dificultad para respirar o tos
  • Ardor o dolor al orinar, o eliminación de orina turbia o con sangre 

evacuation route sign

Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, si usted vive en una zona en la que pueda haber problemas para conseguir agua potable y alimentos o en la que haya riesgo de lesiones en una catástrofe natural, quizá le pidan que se ponga la vacuna antineumocócica y las vacunas contra la hepatitis A y B, la gripe y el tétanos. Aunque estas vacunas son inocuas y podrían ser necesarias, cerciórese de que la persona que se las aplique sepa que usted tiene cáncer y en qué fecha recibió el último tratamiento. Si puede, hable con su médico o con un médico de la localidad antes de recibir una vacuna.

Es muy importante que no permita que nadie le aplique vacunas con virus vivos a menos que un oncólogo que conozca su historia clínica lo autorice. La vacuna en aerosol nasal contra la gripe, la vacuna contra la varicela y el herpes zóster (culebrilla), la vacuna contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola (vacuna triple vírica) y la vacuna contra la viruela contienen virus vivos. (Tenga en cuenta que en la vacuna inyectable contra la gripe no hay virus vivos; solo en la vacuna en aerosol nasal). A veces los virus vivos pueden causar problemas graves a las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. Además, trate de no tener contacto estrecho con personas que hayan recibido vacunas con virus vivos. 

Aunque la tormenta alterará su horario, es importante que siga tomando sus medicamentos a tiempo. Si no los tiene o no sabe dónde están, trate de comunicarse con el médico, el consultorio o la compañía de seguros.

La Sociedad Americana de Oncología Clínica recomienda preparar un equipo impermeable de suministros antes de la tormenta. Debe incluir en él sus medicamentos, vendajes para el cuidado de heridas, un antiséptico en aerosol y otros productos que necesite para sus cuidados habituales. Para que el contenido se mantenga seco, póngalo en una bolsa impermeable de plástico que se pueda volver a cerrar. Si tiene líquidos en el equipo, como alcohol antiséptico o medicamentos líquidos, póngalos en una bolsa aparte.

Al preparar el equipo de primeros auxilios antes de la tormenta, no olvide tener en cuenta las cifras bajas de glóbulos blancos y de plaquetas. Ponga en el equipo abundantes vendajes y antisépticos para la limpieza de heridas, así como medicamentos para las náuseas, la diarrea, el estreñimiento y la fiebre.

Además, es importante que haga lo siguiente:

  • Protéjase de los microbios lavándose las manos con agua y jabón con la mayor frecuencia posible. Refriéguese las manos durante el tiempo que se requiere para cantar la canción «Feliz cumpleaños» dos veces. Si no tiene acceso a agua y jabón, pida antiséptico para las manos que contenga alcohol (por lo menos un 60 %) y siga las indicaciones del producto.
  • Si no hay agua limpia o usted no sabe si el agua es potable, tome solo agua embotellada o hierva el agua por lo menos un minuto. Déjela enfriar antes de tomarla.
  • Asegúrese de que las carnes se cocinen bien y de que las frutas y verduras se laven con agua limpia. No coma alimentos cocidos que se hayan dejado más de 2 horas a temperatura ambiente. Pregúntele al doctor si debe abstenerse de comer algún alimento en particular hasta que llegue a una vivienda permanente.
  • Mantenga las cortadas o heridas cubiertas con vendas, a menos que el médico le haya dicho lo contrario. Si tiene crema antibiótica, aplíquesela todos los días.
  • No comparta con nadie el cepillo de dientes, los cubiertos, los vasos ni las tazas.
  • No se ponga vacunas a menos que un médico que sepa sus antecedentes de cáncer le diga que puede hacerlo.
  • Si le evacuan, lleve al albergue ropa de cama y toallas limpias. No vuelva a usar las toallas ni las sábanas de otra persona.
  • Báñese o dúchese con la mayor frecuencia posible y séquese con una toalla limpia. 

La Sociedad Americana Contra el Cáncer dice que si usted todavía está en la zona en la que se encuentran su oncólogo o la institución en que le atienden, pero ha suspendido el tratamiento a causa de cortes de luz, falta de transporte, averías en su casa o averías en el consultorio del médico o el centro de tratamiento, debe comunicarse lo antes posible con el médico para averiguar qué debe hacer para continuar el tratamiento. Si no puede comunicarse con el oncólogo, trate de comunicarse con el centro en que recibe el tratamiento, la sala de urgencias más cercana o su médico general.

Si tuvo que irse de la zona en que recibe el tratamiento, debe buscar otro oncólogo y otro centro de tratamiento lo más pronto posible. Pida ayuda al personal del albergue, la Cruz Roja, el Ejército de Salvación (Salvation Army) o el departamento de salud más cercano. Si nada más da resultado, acuda al mostrador de información de un hospital de la localidad y pida ayuda. 

En caso de que Moffitt deba cerrarse debido al huracán, las instalaciones se abrirán de nuevo en cuanto pase el peligro. Un representante de Moffitt se comunicará con los pacientes que tengan que cambiar citas. Si una tormenta amenaza la bahía de Tampa, aconsejamos a los pacientes que llamen a la línea directa, (813) 745-3500, o se conecten al Portal con regularidad en busca de información actualizada. Se aconseja que los pacientes tengan listo un plan de preparación para huracanes el 1 de junio, cuando comienza la temporada en que ocurren estas tormentas.

Paciente y familia