La leucemia linfocítica aguda

La leucemia linfocítica aguda (LLA) es un tipo de cáncer que se origina en la médula ósea, el interior blando de los huesos en el que se producen los glóbulos blancos llamados «linfocitos». Por lo general, la médula ósea produce células inmaduras que se conocen como linfoblastos y que con el tiempo se transforman en linfocitos completamente funcionales.
Sin embargo, en las personas con leucemia linfocítica aguda, la médula ósea produce linfoblastos anómalos que no maduran de la manera adecuada. Debido a que este tipo de cáncer de la sangre afecta los linfoblastos inmaduros, se le conoce también como leucemia linfoblástica aguda. El término «aguda» indica que este tipo de leucemia avanza rápidamente y que las células anómalas que produce pueden acumularse de manera continua en la sangre hasta que se administre un tratamiento.
La acumulación de linfoblastos anómalos y la escasez resultante de linfocitos normales puede afectar mucho el sistema inmunitario y aumentar el riesgo de presentar infecciones y enfermedades graves. Esto se debe a que los linfocitos normales desempeñan una función esencial para que el sistema inmunitario detecte y destruya los microbios.
La leucemia linfoblástica aguda es infrecuente. Cada año se diagnostican solo unos 6500 casos en los Estados Unidos. Puede presentarse tanto en los adultos como en los niños, pero es mucho más frecuente en estos últimos, en particular, en los menores de 5 años.
Las causas y los factores de riesgo de la leucemia linfocítica aguda
La causa fundamental de la leucemia linfocítica aguda aún no se conoce bien. Sin embargo, se han logrado avances importantes en descubrir cómo unas alteraciones sutiles del ADN de las células sanas de la médula ósea pueden transformarlas en células leucémicas. En esencia, estas alteraciones les indican a las células sanas que continúen creciendo y multiplicándose en vez de morir, lo cual desencadena una producción rápida y anómala de linfocitos que pueden desplazar las células sanas. La mayoría de los casos de leucemia linfocítica aguda no se consideran hereditarios (es decir, no se transmiten de uno de los padres).
Los investigadores han reconocido unos pocos factores que podrían elevar levemente el riesgo de presentar la leucemia linfocítica aguda. Entre ellos se cuentan:
- Tener un hermano, en particular, un gemelo, con leucemia linfocítica aguda.
- Tener ciertos trastornos genéticos, como el síndrome de Down, la neurofibromatosis y la anemia de Fanconi.
- Exponerse a ciertas sustancias químicas, incluido el benceno, o a cantidades altas de radiación.
- Tener antecedentes personales de cáncer y de tratamientos para el cáncer, como quimioterapia y radioterapia.
Altas calificaciones en el tratamiento de la leucemia, el linfoma y el mieloma
Programe una citaLos signos y síntomas de la leucemia linfocítica aguda
Por lo general, los signos y síntomas de la leucemia linfocítica aguda se derivan de la escasez de células sanas de la sangre, que puede presentarse cuando las células de la leucemia sobrepasan en número a las células normales productoras de sangre de la médula ósea. Los signos y síntomas pueden variar mucho de un paciente a otro, pero suelen consistir en:
- Sensación de dolor dentro de los huesos
- Sangrado de las encías
- Fiebre
- Palidez
- Aparición fácil de moretones
- Puntos diminutos de sangre bajo la piel (petequias)
- Agotamiento y malestar general
- Hinchazón de ganglios linfáticos
- Sensación de falta de aliento
- Adelgazamiento e inapetencia
Varios de estos signos y síntomas se asocian con afecciones benignas frecuentes, como el resfriado común y la gripe, por lo cual puede difícil reconocer a tiempo la leucemia linfocítica aguda. En muchos casos, solo se descubre un problema más grave cuando se hacen análisis habituales de sangre.
El diagnóstico de la leucemia linfocítica aguda
El primer paso en el diagnóstico de la leucemia linfocítica aguda suele ser un análisis de sangre. Si el médico sospecha que un paciente tiene leucemia, puede ordenar una de varias pruebas para examinar el número y el aspecto al microscopio de los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas del paciente.
Si se justifica realizar más pruebas, el siguiente paso es obtener una muestra de médula ósea. Se puede introducir una aguja delgada y hueca en un hueso (normalmente, de la cadera o del esternón). Por lo general, después se obtiene una biopsia de médula ósea, para la cual se retira un trozo diminuto de hueso y de médula que luego se examina minuciosamente. Las pruebas de la médula ósea pueden confirmar el diagnóstico de leucemia, aunque podrían realizarse otros análisis clínicos para determinar el subtipo y el estadio de la enfermedad, y el pronóstico del paciente.
El tratamiento de la leucemia linfocítica aguda
En Moffitt Cancer Center empleamos una estrategia personalizada en el tratamiento del cáncer. Esto significa que el equipo de especialistas en leucemia tendrá en cuenta muchos factores al adaptar el plan de tratamiento para atender las necesidades del paciente —la edad del paciente, su salud general, el tipo de leucemia y si ha hecho metástasis (se ha extendido a otras partes del cuerpo)—.
En los pacientes adultos, muchos planes de tratamiento de esta leucemia consisten en quimioterapia intensiva y prolongada para destruir las células cancerosas de la sangre. La quimioterapia puede continuar durante dos años aproximadamente, y a menudo se divide en tres fases:
Inducción
Durante esta fase, que normalmente dura un mes, se pueden emplear diferentes asociaciones de quimioterápicos en dosis altas con el objetivo de lograr la remisión de la leucemia. Esto significa que ya no se encuentren linfoblastos anómalos en las muestras de médula ósea y que las cifras de células sanguíneas sanas vuelvan a la normalidad.
Consolidación
Esta etapa, llamada también «fase de intensificación» continúa durante unos meses y a menudo requiere ciclos más cortos de quimioterápicos en dosis altas. Algunos pacientes podrían recibir también tratamiento dirigido, y los médicos podrían explorar la posibilidad de realizar un trasplante de células madre en las personas que corran un riesgo alto de recurrencia de la leucemia.
Mantenimiento
La fase de mantenimiento del tratamiento de la leucemia linfocítica aguda abarca la mayor parte de la quimioterapia típica, que dura dos años. Durante este período, los especialistas en leucemia analizarán la respuesta del paciente para determinar qué asociación de quimioterápicos y qué otras opciones terapéuticas se utilizarán. Puesto que la quimioterapia a menudo puede afectar las cifras de glóbulos blancos sanos y causar efectos secundarios, podrían administrarse medicamentos para prevenir o tratar las molestias que se presenten. A veces la quimioterapia se complementa con radioterapia para atacar las células cancerosas de una zona específica.
Los tratamientos dirigidos, como los inhibidores de las tirosina-cinasas y los fármacos de immunoterapia también pueden ser beneficiosos en el tratamiento de la leucemia linfocítica aguda en pacientes que tengan ciertas mutaciones genéticas o cuyo cáncer no haya respondido bien a la quimioterapia. Estos tratamientos estimulan la respuesta inmunitaria del paciente ante células cancerosas específicas.
La estrategia de Moffitt para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica
El Programa de Neoplasias Malignas Hematológicas de Moffitt se dedica a ayudar a los pacientes a lograr una remisión prolongada de los cánceres de la sangre y de la médula ósea. Nuestro equipo tiene una experiencia extensa en el tratamiento de diversas neoplasias hematológicas malignas, como la leucemia linfocítica aguda y otros tipos de leucemia. En Moffitt, los pacientes tienen acceso a lo siguiente:
- Servicios avanzados de diagnóstico; todos los análisis de sangre están a cargo de anatomopatólogos expertos que realizan las pruebas en nuestra institución
- Planes de tratamiento integrales y completamente personalizados en los que se incorporan los tratamientos más eficaces para la leucemia en la actualidad, como la quimioterapia, la radioterapia y la radioinmunoterapia
- Oportunidades de acceso a tratamientos novedosos que aún no se ofrecen en ningún otro centro, a través de nuestro sólido programa de ensayos clínicos
- Interconsultas con un equipo colaborador de profesionales médicos que se encuentran en un solo lugar. El equipo está integrado por oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, hematólogos, especialistas en trasplantes e inmunólogos, entre otros.
- Cuidados complementarios y de apoyo que atienden las necesidades emocionales y sociales de cada paciente, controlan los efectos secundarios del tratamiento y mejoran los resultados en cuanto a la calidad de vida
- Atención médica de seguimiento y vigilancia continua en cuanto el cáncer esté en remisión
Los pacientes se pueden beneficiar de nuestra estrategia interdisciplinaria única en el tratamiento de la leucemia linfocítica aguda independientemente de que tengan o no una derivación. Cuando los pacientes le confían el tratamiento del cáncer a Moffitt, se convierten en una prioridad principal de un centro oncológico cuya atención médica se clasifica entre las mejores del país, y se ofrece en formas nuevas y transformadoras. De hecho, nos comprometemos a que cada paciente establezca un contacto con un experto en cáncer en el plazo de un día de haber solicitado nuestra ayuda.
Si desea programar una cita con el Programa de Neoplasias Malignas Hematológicas, llame al 1‑888-663-3488 o llene el formulario de registro de pacientes nuevos.
Referencias bibliográficas
Sociedad Americana contra el Cáncer: ¿Qué es la leucemia linfocítica aguda?
MedicalNewsToday: ¿Cómo se ve afectado el sistema inmunitario por la leucemia? (en inglés)
Sociedad Americana contra el Cáncer: Tratamiento típico de la leucemia linfocítica aguda
Sociedad Americana contra el Cáncer: Si usted tiene leucemia linfocítica aguda (ALL)
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